jueves, 16 de noviembre de 2017

Ángeles y demonios. (Ron Howard, 2009)

Una de las películas de gran presupuesto más aburridas que he visto en mi vida es 'El código Da Vinci'. Teniendo en cuenta el material del que parte, la obra de Dan Brown daba para, al menos, sacar una adaptación entretenida y que pudiera mantener la tensión y el misterio sin demasiadas complicaciones. Pero Ron Howard no logró más que una película con aliento a sobremesa dominguera que invitaba a echarse una buena siesta. Esta secuela mejora bastante el ritmo y da más alas a la intriga, se enfoca más en resolver el puzzle que en las piezas individuales de éste, principal error de la primera, y aprovecha mucho mejor al reparto de actores que tiene dentro.

Tampoco nos volvamos locos. Es una película que no arriesga y que tras el desastre de su antecesora va a lo seguro. Logra el entretenimiento y la atención gracias en gran parte a que no se para ni un segundo, cada pista hallada es rápidamente descifrada para que la resolución de los enigmas siga su cauce. También se quita la losa del reposo que tenía 'El código Da Vinci', que se pausaba para la meditación de cada cachivache, figura o elemento a descifrar con bastante torpeza. En 'Ángeles y demonios' todo se resuelve de manera más rápida, y no importan tanto los pequeños detalles como la magnitud de todo lo que conforman. En definitiva, no peca de sabelotodismo ni pretende ser un documental de canal de pago, y enfoca sus esfuerzos en usar los artilugios sin necesidad de sobreexplicarlos. 


También es mejor película debido a la mayor implicación de los actores. Tom Hanks parece esta vez más interesado y cómodo con su Robert Langdon que antes, y el entusiasmo de Ewan McGregor es un alivio que se aleja de la sobriedad y prudencia con la que el equipo artístico de 'El código Da Vinci' llevaba a cabo su labor. El hecho de que Ron Howard se haga consciente de que no tiene en manos una película tan relevante como lo que en aquella ocasión pretendía es otra pequeña ayuda a que tenga más libertad para sacar adelante lo que en todo momento debería haber sido esta saga: cine de entretenimiento y misterio tramposo pero con saltos de fe asumibles por parte del espectador.

Vamos, que la película me ha gustado, en parte porque resuelve problemas de 'El código Da Vinci' y en parte porque las expectativas que generaba aquella son superadas con facilidad. Esta vez sí que compro lo que me ofrece.

6/10


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