miércoles, 29 de noviembre de 2017

Saw II (Darren Lynn Bousman, 2005)

Siguiendo con la maratón que me he hecho de la saga, llegamos a una segunda parte con más pruebas macabras y personajes que la anterior, y por lo tanto más muertes. Aunque no mantiene ni de lejos la calidad operística de la primera parte, ni mantiene el pulso narrativo, sí que ofrece una vuelta de tuerca inteligente para que el asunto siga siendo interesante y divertido.

El montaje paralelo entre lo que ocurre dentro de la mansión donde las víctimas juegan a la supervivencia y entre lo que ocurre en la guarida de Jigsaw permite ampliar el escenario y la introspección en la mente del asesino, otorgando diferenciación y nuevas miras respecto a lo que hizo James Wan. Por suerte, los guionistas se dan cuenta del gran acierto de la primera: las diferentes pruebas forman parte de una prueba mayor, todas son piezas de un mismo puzzle. Y por lo tanto, todo va desencadenándose de acuerdo a juntar esas piezas para resolverlo, y colocando las pistas más importantes justo al principio para dar un inesperado giro final que resulta obvio una vez queda expuesto. Justo la misma técnica narrativa que en la primera película, pero sin limitarse a hacer lo mismo. 


Ahora bien, hay una evidente pérdida de calidad. Aunque el personaje de Jigsaw se iconifica y la lucha mental que libera con su principal oponente da empaque, el resto de personajes que deambulan por la película son carne de cañón, algunos de ellos ciertamente insoportables. Hay algún momento absurdo que te hace pensar que quien comete tales torpezas merece la muerte que le espera. El operativo policial que se presenta tampoco es que sea todo lo profesional y meticuloso que debería ser, ya que caen en una trampa final que se supone que personas formadas y cualificadas para lidiar con situaciones similares de secuestro no deberían caer. Y se empieza a dar más peso a las escenas de ejecuciones que a la propia historia en sí. Por el momento, es una tendencia que está contenida, pero con el paso de secuelas esto se irá acrecentando. 


Es una secuela que aunque pierda nivel, mantiene dignidad. La esencia de claustrofobia y de que la diferencia entre salir vivo o muerto de la historia depende de los propios ejecutados también queda intacta. Lo bueno de la saga iba a ir concluyendo aquí.

6/10


lunes, 27 de noviembre de 2017

Inferno. (Ron Howard, 2016)

Si la primera parte de esta trilogía me resultó soporífera y con un ambiente eterno de anticlímax, y la secuela 'Ángeles y demonios' remontaba el vuelo gracias en gran parte a un mejor ritmo y a centrarse en el puzzle general en vez de en sus piezas, esta tercera parte de las hazañas de Robert Langdon mezcla lo peor de las dos anteriores: tramposa con descaro, predecible, y un tempo descontrolado y sin manos firmes al timón.

Por ser suave, la película carece totalmente de ganas. La gente involucrada en ella, tanto en el plano técnico como artístico, funcionan de manera mecánica y por inercia, se les nota ansiosos por hacer rápido el trabajo y ponerse a cosas más interesantes. Dos ejemplos: Tom Hanks se tira toda la película con una cara que pretende fingir un pensamiento constante de "qué demonios hago aquí metido"; y la banda sonora de Hans Zimmer, que parece delegar funciones en su becario porque aquí no hay nada nuevo que aportar ya. La trama ni se molesta en dotar de misterio al asunto más puramente detectivesco y usa patrones propios de TV Movie para moverse en el plano de la intriga. En serio, qué poquito esfuerzo hay metido en ella, todo va a remolque.

Y que después de dos películas todo se vea tan rutinario, tan perezoso y con tan pocas ideas nuevas, da para pensar que esta franquicia no tiene ya por dónde ir. Se ampara en incongruencias, en exageraciones, se sabe desde el primer momento por dónde van a ir los tiros, y ni siquiera sabe sacar provecho de las localizaciones. Es que ni siquiera deja entrever algo de estilo de un director que a priori tiene nombre suficiente para considerarle artesano en esto del séptimo arte. Parece un recién llegado de la escuela al que le han dado un encargo con el que meter el pie en la industria mientras su cabeza está en otros proyectos.


Giros sin sorpresa y narrativa arrastrada y desganada. Eso en una aventura de misterio es meterse un tiro en el pie antes de comenzar una carrera. La fuente de la que parte, la literatura de Dan Brown, pecará de las mismas trampas, pero al menos sabe mantener la atención del público. En cambio, Ron Howard lo que ha hecho con esta película es invitarte amablemente a que te eches la siesta.

3/10


jueves, 23 de noviembre de 2017

Liga de la Justicia. (Zack Snyder, 2017)

Después de una producción con muchos problemas, con la urgencia de dar un giro tras las mala fama que generó 'Batman V Superman' (película que sigo defendiendo a capa y espada) y 'Suicide Squad' (esta sí, esta se puede morir), y tras comprobar que tono de esperanzador de 'Wonder Woman' le sentaba bien a la franquicia, esta reunión de héroes DC ha terminado por ser una película ligera de acción divertida, que baila entre ser un apagafuegos contundente y certero y una película puente para empezar a hacer las cosas con más calma, seguridad y precisión de cara al futuro. 

No es una película pasional y carece de profundidad. Eso no es malo en absoluto. La película, dentro de su simpleza, logra aferrarse a su principal virtud: las buenas intenciones. Se nota que detrás de ella hay alguien que quiere enmendar errores sin derribar la casa, que sabe qué agujeros tiene que tapar, y que además es consciente de que el reloj va a su contra porque la maquinara está en movimiento y a estas alturas no puede detenerse. Por lo que la solución a tanto caos detrás de las cortinas ha sido crear un cómic en movimiento, quitarse de epicidad y pasión, presentar a los nuevos personajes que tienen que conformar la Liga dándoles un desarrollo mínimo para saber qué papel juega cada uno y dejar simplemente que se muevan. Ya habrá tiempo para dedicarles, lo importante ahora era ya tenerles juntos y darles una primera aventura que demostrara que funcionan juntos. Y funciona. Y divierte. Pese a que la peli va como un tiro, que no tiene momentos de interludio y cada escena atiende a ser consecuencia de la anterior, en definitiva, pese a ser una aventura llana y simple, funciona y divierte. Prefiero mil veces esto a lo que se pretendía hacer con 'Escuadrón suicida'. O, si nos vamos a la competencia, prefiero esto a la complejidad descabezada de 'La era de Ultrón'.


En cuanto a personajes, Batman y Wonder Woman tienen el hilo conductor sobre sus hombros, y el que se sabía que tenía que reaparecer, Superman, lo hace con aura renovado y esperanzador, llegando al pico de esa evolución de mesías que intenta hacerlo bien pero que todo le viene grande que comenzó en 'Man of Steel'. Quizá es la mayor molestia que he sentido, que su reaparición sea apresurada y no tenga el reposo necesario para asimilar un evento como tal. Pero el personaje muy bien. Los nuevos: Flash y Cyborg son las sorpresas. Como se dice en la película, son los accidentes, los que nadie esperaba. Me gustaría verles trabajar juntos en el futuro, porque conforman una pareja fresca y dinámica. En cuanto a Aquaman, el tío mola y se flipa, pero no hace nada. Sí, reparte alguna que otra leche y vacila un poco. Pero no hace nada. Puro relleno. El villano, pues a lo que estamos acostumbrados: llega, quiere apoderarse del mundo y tiene un ejército de esbirros. ¿Por qué? Porque tiene un hacha bien gorda y 5000 años atrás le ocurrieron movidas. ¿Yo que sé? Es la excusa para reunir a los héroes, sin más. Por cierto, esta vez Lois Lane no va de un lado para otro como pollo sin cabeza, y su papel está más que justificado.


En estos términos, a la película no se le puede rascar más. Por otro lado, la película me satisface en el sentido que siempre lo han hecho los personajes de DC: me resultan más interesantes por separado que en conjunto, dejando la introspección para los capítulos individuales y la explosión de esas emociones en las hazañas colectivas. Y sí, hay tijera, hay cierto choque en cuanto Whedon coge los mandos dejados por Zack Snyder, hay escenas en que la paleta de colores es un tanto fea y sobrecargada, y le hubiera sentado genial algo más de calma. Quienes esperen de ella el cúlmen del subgénero de superhéroes saldrá defraudado, y quien vaya a pasar un rato divertido viendo cómo los personajes de las viñetas cobran vida saldrá satisfecho. Ha puesto tiritas, hace que las anteriores películas cobren más sentido aún (excepto, insisto, 'Suicide Squad', que no pasaría nada si deciden hacer como que no ha ocurrido y hacerle bullying) y ahora ya sí hay una base que no ha empezado a construirse por el tejado, que tiene unos cimientos sobre los que elevarse. Encarrila con firmeza el futuro igual que Bruce Wayne logra encarrilar a estos personajes descarriados. 

6,75/10


miércoles, 22 de noviembre de 2017

Resident Evil. (Paul W.S. Anderson, 2002)

Valga la redundancia, obviemos lo obvio: la saga se pasa el videojuego por el forro de los genitales. Partiendo de eso, he sobrevivido. Con muchas heridas, con alguna náusea, con momentos de coma cerebral,... Pero he sobrevivido. Si le quitas la importancia de que es una franquicia que está violando uno de tus videojuegos favoritos, incluso hay varios momentos en que puedes sacar algo de disfrute, aunque sea por las risas. No digamos ya de las contradicciones que se van dando película tras película, pero eso ya vendrá más adelante. Vamos a lo que nos atañe, que es el inicio de una franquicia que sorprendentemente ha dado 6 capítulos y una notable recaudación en taquilla.

Esta primera parte, de hecho, tiene algo de gracia. Tiene clara la historia que quiere contar, deja claro desde el principio que quiere ventilarse a cuantos más personajes mejor, y que aquí manda el coño de Milla Jovovich. Le da bastante igual la fuente de la que parte, y solo toma algunos conceptos básicos, dándole un antagonismo desmesurado a la Corporación Umbrella (cosa que en las consolas no era así, teniendo una trama mucho más compleja, con clanes familiares, traiciones y revanchas de por medio), y utilizando el laboratorio secreto de la mansión como escenario principal, dejando la propia mansión en un plano casi residual. El concepto "survival horror" ni se deja ver ni se le espera. Los zombies dan algún susto puntual y se limitan a perseguir presas, y son meras herramientas para malgastar plomo e ir eliminando personajes que sobran (todos menos Alice, vamos). Y el resto de los bichos pues, bueno, dan algo de variedad a lo que se enfrentan los personajes, aunque nunca logren una sensación real de alarma o de aprensión y parezcan trozos de carne fáciles de rematar.


Luego sí, tiene cosas divertidas, como la escena de los lásers cercenadores, la pelea final con el licker, o la inteligencia artificial Reina Roja. Sí, entre tanto material desaprovechado para hacer una versión cinematográfica de Resident Evil digna, pues alguna cosa se inventa Paul W. S. Anderson para que no todo sea vergüenza ajena. Aunque esa sensación la evita más una Milla Jovovich bastante entregada en su papel de molar mazo que un director y guionista antojadizo que no parece tenerle el mínimo respeto a la fuente de la que parte. Para más inri, el tío se recrea en sí mismo con un ego desmedido con alguna bravuconada de cosecha propia con la que creerse inspirado, como el recurso del primer plano de ojo dilatándose, la reiteración del logo de Umbrella para que no se nos olvide quién es el malo verdadero, o su frase para la posteridad: "me llamo Alice" (aunque en esta primera parte no dice nunca su nombre, el resto de la saga hará ese guiño contínuamente a los seguidores).


Bien, una película que es una falta de respeto hacia quienes pretendían encontrar algo que les recordara al mítico videojuego, queda claro. Ahora bien, si se le cambiara el título y nadie me dijera que esto está basado en él, pues diría que tiene mi aprobado. Tampoco una cosa desmedida, porque va a lo mínimo para al menos entretener dejándose cualquier complicación para lograr tal tarea de por medio. Es una de las películas más simples que he visto nunca, tanto en su historia y desarrollo, como en el tratamiento de los personajes y el escenario en el que se mueven. La peli te dice "esto es A, el objetivo es B y para llegar a ello hay que hacer C". Ni más ni menos. Y quizá ese sea su principal y único mérito, que logre divertirme un rato con unos ingredientes que no dan ni para sopa.

5/10


martes, 21 de noviembre de 2017

Saw. (James Wan, 2004)

Bueno, me he metido en vena toda la saga de 'Saw', así a lo loco. Una saga que comienza de manera inteligente, sin demasiados artificios, dando cierto peso emocional a los personajes para que estemos implicados con ellos, y haciendo que las pruebas de Jigsaw sean ingredientes que atienden a completar un conjunto, y que según va sacando secuelas la cosa se desvía a darle protagonismo a esas pruebas, a cebarse con personajes que solo sirven como carnaza, hasta terminar ofreciendo un show gratuítamente explícito de lo grotesco, cada vez más retorcido en el que la historia o los que intervienen en ella apenas interesan.

Esta primera parte funciona genial, tiene una trama muy simple y muy llevadera dentro de un planteamiento rocambolesco, y el gore desatado se deja para los momentos claves del tercer acto. Pocos personajes, dos de ellos los fundamentales, encerrados en un cuarto de baño encadenados a tuberías, y que tienen que esforzarse en completar los puzzles planteados para poder salir vivos de ahí, aunque pronto asumiremos que no de una sola pieza. Esa es la clave: la película ya te está diciendo que la salvación pasa por sacrificar algún miembro del cuerpo, o por tener que matarse el uno al otro, pero esa tensión no la apresura, la prolonga hasta los últimos compases en los que ya no quede más remedio que hacerlo. Los otros personajes, un par de policías que investigan al verdugo, la familia de uno de los principales que funcionan para dar énfasis al drama, un cadáver en medio del baño que hace de escenario principal para remarcar aquello a lo que se enfrentan, y el supuesto verdugo. Eso y las herramientas para sobrevivir, la película no necesita más para crear un clima de urgencia, de pánico y de impotencia. 


Además, como película de terror, o de asesino en serie, o de cine slasher, es obviamente una película que recurre al gore como principal elemento de impacto. Pero sabe cuándo y cómo usarlo. Durante dos tercios de metraje, las muertes o la violencia que presenciamos no son más que leves retales de lo que puede venirse encima si los protagonistas quieren salir de ahí con vida. Cada escena previa al tercer acto en el que hay alguna víctima de Jigsaw funciona tan solo como advertencia, como aviso previo al lugar que vamos a tener que franquear tarde o temprano. Y finalmente, un giro de guion sorpresivo termina por rematar un producto muy satisfactorio y con sello de calidad. Cuando te metes en las secuelas y te acuerdas de que a los mandos de esta primera estaba el siempre astuto James Wan, te quieres echar a llorar.


Es una película clave en el cine slasher moderno, heredera de los clásicos de los 80 y los 90, sacando de un mínimo de componentes el máximo de provecho. Que el resto de la franquicia no enturbie una película que merece ser estudiada y respetada.

7,25/10


lunes, 20 de noviembre de 2017

The Ring. (Gore Verbinski, 2002)

Es la película que decidimos ponernos a ver en la pasada noche de Halloween, y me temo que tan solo han bastado quince años para darse cuenta de lo mucho que ha envejecido una película de terror que en su momento se convirtió en referente. Ya no solo por haber sido copiada, revisionada y empeorada con sus secuelas, sino porque es la tragedia a la que siempre se enfrenta el género: el miedo, una vez descubierto el truco, se evapora. Pese a ello, no le quito el mérito de que continúa siendo entretenida y su diseño de producción tiene esfuerzo y talento.

Si atendemos al contexto en el que 'The ring' se estrenó, el terror japonés y sus códigos llenos de niños ojerosos y pálidos y fantasmas cenizos y de voz ahogada estaban en alza. Tenemos aquí uno de los remakes de ese tipo de cine que con más dignidad levantó el vuelo y que lograba tener, pese a la copia y a la domesticación estadounidense del asunto, entidad propia. En gran parte gracias a ese diseño de producción que antes he mencionado, donde se tiene muy presente la importancia de la paleta de colores escogida, el uso de la banda sonora como complemento a la narración, un reparto que se hace respetar, y la buena utilización de las imágenes para crear algunos planos que a día de hoy son icónicos. 


Ahora bien, tiene un desarrollo que hace aumentar la tensión a través del misterio, no del miedo. La trama se centra más en una labor detectivesca que en un acto de supervivencia, y los siete días que la protagonista tiene para salvarse a sí misma apenas se notan. Ese tiempo en el que se debe crear ese pánico por la cercanía de la muerte está muy desaprovechado. Igualmente, peca de ingenuidad a la hora de avanzar en esa investigación, pues se llega a algunas conclusiones sobre a dónde ir o cómo llegar a algunos sitios importantes para el avance de la historia de una manera casual o casi adivinatoria. Que la protagonista localice el pueblo donde vivía la niña encargada de la pesadilla a la que nos atenemos a través de una foto que encuentra de forma muy sencilla en un libro entre decenas de los que hay en una biblioteca aleatoria, pista que sigue por ver un faro que podría ser cualquiera en un fotograma de la cinta que ha visto, es algo complicado de dejar pasar por alto. 


Pero bueno, aunque ha perdido, mantiene un nivel de dignidad del que otras muchas películas parecidas no pueden presumir. Y me sigue flipando que la premisa de la película, que es quedar maldito tras ver una cinta de vídeo, sea que el propio espectador se vea obligado a ver esa misma cinta. Jugar a que la propia audiencia quede maldita es algo bastante interesante. Por cosas así, creo que 'The ring' sobrevive.

6/10


jueves, 16 de noviembre de 2017

Ángeles y demonios. (Ron Howard, 2009)

Una de las películas de gran presupuesto más aburridas que he visto en mi vida es 'El código Da Vinci'. Teniendo en cuenta el material del que parte, la obra de Dan Brown daba para, al menos, sacar una adaptación entretenida y que pudiera mantener la tensión y el misterio sin demasiadas complicaciones. Pero Ron Howard no logró más que una película con aliento a sobremesa dominguera que invitaba a echarse una buena siesta. Esta secuela mejora bastante el ritmo y da más alas a la intriga, se enfoca más en resolver el puzzle que en las piezas individuales de éste, principal error de la primera, y aprovecha mucho mejor al reparto de actores que tiene dentro.

Tampoco nos volvamos locos. Es una película que no arriesga y que tras el desastre de su antecesora va a lo seguro. Logra el entretenimiento y la atención gracias en gran parte a que no se para ni un segundo, cada pista hallada es rápidamente descifrada para que la resolución de los enigmas siga su cauce. También se quita la losa del reposo que tenía 'El código Da Vinci', que se pausaba para la meditación de cada cachivache, figura o elemento a descifrar con bastante torpeza. En 'Ángeles y demonios' todo se resuelve de manera más rápida, y no importan tanto los pequeños detalles como la magnitud de todo lo que conforman. En definitiva, no peca de sabelotodismo ni pretende ser un documental de canal de pago, y enfoca sus esfuerzos en usar los artilugios sin necesidad de sobreexplicarlos. 


También es mejor película debido a la mayor implicación de los actores. Tom Hanks parece esta vez más interesado y cómodo con su Robert Langdon que antes, y el entusiasmo de Ewan McGregor es un alivio que se aleja de la sobriedad y prudencia con la que el equipo artístico de 'El código Da Vinci' llevaba a cabo su labor. El hecho de que Ron Howard se haga consciente de que no tiene en manos una película tan relevante como lo que en aquella ocasión pretendía es otra pequeña ayuda a que tenga más libertad para sacar adelante lo que en todo momento debería haber sido esta saga: cine de entretenimiento y misterio tramposo pero con saltos de fe asumibles por parte del espectador.

Vamos, que la película me ha gustado, en parte porque resuelve problemas de 'El código Da Vinci' y en parte porque las expectativas que generaba aquella son superadas con facilidad. Esta vez sí que compro lo que me ofrece.

6/10


martes, 14 de noviembre de 2017

La suerte de los Logan. (Steven Soderbergh, 2017)

Steven Soderbergh es un autor muy irregular y cuyas pretensiones superan su capacidad para fabricar películas importantes. Le funcionaron muy bien 'Ocean's Eleven' y 'Traffic', pero después se ha tirado 15 años con obras cuyo potencial estaba muy por encima de su resultado. Ahí tenemos 'El buen alemán', las plomizas biografías del Ché, o 'Contagio'. Aunque el entusiasmo del cineasta se acerca al documental, creo que su mayor punch es cuando saca su vena cachonda, y por eso 'La suerte de los Logan' da bastante en el clavo para ser un producto ligero sin altas miras pero solvente

Con un reparto donde los secundarios llevan el peso y el protagonista sirve más que nada de salvocinducto, como ya pasaba en las de Ocean, esta historia de atraco labrado por una panda de paletos ofrece unas cuantas risas y un buen rato de pelearse con las palomitas que se quedan pegadas en el paladar. Destacan Adam Driver con un desparpajo voraz para sacar adelante un personaje cuyos gags son de la escuela de Buster Keaton, con rostro y gestos herméticos, y Daniel Craig psicótico, con el gran momento de los ositos de gominola y su master class de química. En cambio, Channing Tatum es un tío que da para mucho más y que queda algo desaprovechado en un papel demasiado suave para la que quiere montar. 


En cuanto al plan del atraco sobre el que gira la trama, resulta verosímil y las sorpresas que esconde se asimilan sin reparos, aunque me resultó demasiado sencillo debido a la poca resistencia que se les va presentando. A ver, mola ver la funcionalidad de cada paso que hacen, y las formas para llevarlo a cabo tienen bastante gracia. Pero que fuera del ingenio que tengan que echarle parezca que tienen un camino barnizado, también. Al margen de eso, el ritmo y la narración tienen una elegancia muy del viejo Hollywood, siguen recetas maestras de forma milimétrica, y eso bien hecho nunca deja de gustar. Que Soderbergh sea irregular no le quita profesionalidad.

Entonces tenemos una película liviana, graciosa y bastante precisa. Un guion que procura no enrevesarse, más cercano a la picaresca que a la mala leche, que se defiende bien cuando recurre a tópicos, y que su principal baza son las situaciones puntuales que va presentando según va desarrollándose. 

6,5/10


viernes, 10 de noviembre de 2017

Annabelle: Creation (David F. Sandberg, 2017)

Me es muy difícil comentar de forma objetiva una película que me pasé la mitad mirando a otro lado, y la otra mitad tapándome los oídos. Pero bueno, eso no es mérito de la película, eso es culpa de que soy un cagado y ante cualquier cosa que me amenace con darme sustos adopto la estrategia de la avestruz de meter la cabeza bajo tierra. Dicho ésto, pues venga, la película tiene un pase bastante más aceptable si lo que buscas es pasar un rato de miedo. No le busques más, porque la película va directa al grano y su objetivo no es más que el de ser un pasaje del terror sin más comida de cabeza que esa.

Repite e insiste con esquemas frecuentes, con ruidos que acrecientan la tensión y con un uso agobiante del sonido, con enfoques y desenfoques sinuosos y encuadres de cámara deliberadamente acotados para tapar por dónde te va a llegar la sorpresa. Nada nuevo bajo el sol, o en este caso bajo la oscuridad, que también es su principal aliada como en cualquier obra parecida. No nos viene a contar nada nuevo, y escasea en cuanto a aportar savia fresca. No hay imágenes que permanezcan en la memoria ni escenas o personajes que vayan a perdurar, si bien la muñeca causante de las pesadillas ya estaba presentada de antemano, y la película se limita a sacarle partido, ya que de no ser por el aprovechamiento de su fama la película pasaría desapercibida entre la multitud de cine de su categoría.


Entonces, ¿qué tenemos? Una película de miedo que da miedo, que analizada una vez vista resulta ser un refrito que usa ingredientes de toda la vida y mezclados de forma parecida, que al menos pone algo de empeño en tener algunos personajes mínimamente presentados aunque ya los hayas visto otras veces bajo otros rostros y nombres, y que cumple su función como producto desechable de rápido consumo. No hay mucho más de lo que rascar. Ni siquiera puedo compararla con la primera de 'Annabelle' porque no la he visto, pero desde luego sigue quedando a mucha distancia de los expedientes Warren de la que es spin-off. 

5,75/10


miércoles, 8 de noviembre de 2017

Your name. (Makoto Shinkai, 2016)

Se ha ganado estar entre mis películas de animación favoritas, y la verdad es que me va a ser muy complicado resumir en unos párrafos el por qué. Tiene tantos detalles y sutilezas, tanta trama y fastuosa imaginación para contar y estructurar una historia de vínculo afectivo, y me resulta tan nueva, tan delicada y sencilla, y a la vez tan poderosa y compleja que no sé por dónde empezar a hablar de ella. Lo que tengo claro es que me ha encantado.

Partamos de la base de la historia: dos adolescentes que empiezan a no recordar cosas recientes que han hecho, que por su lejanía geográfica e incluso en muchos detalles lejanía cultural no podrían conocerse, y que empiezan a darse cuenta de que están construyendo el vínculo más estrecho posible que se pueda dar entre dos personas al empezar a intercambiar y a controlar los cuerpos y vidas el uno del otro. La historia parte de elementos fantásticos que no necesitan de lógica ni de explicación, simplemente funcionan y dan por inteligente al público para que sea capaz de asimilar esa condición por sí solo. En ella hay una evidente inspiración y presencia del mito sobre el hilo rojo que conecta a las personas que deben estar juntas. La interacción entre los personajes también tiene una evolución que cuadra de manera mágica, ambos conectan el uno con el otro cada vez que entran en el cuerpo del otro, se ponen sus reglas, se exploran, se disfrutan el uno al otro, incluso se cuidan. Un arco que va creciendo casi sin que te des cuenta, porque cuando te quieres percatar de lo que está sucediendo entre ellos, ya ha ocurrido. Ni siquiera te da tiempo a asimilar que según van siendo anfitriones corpóreos el uno del otro a la vez se están enamorando de una de las formas más puras y bellas que se puedan dar. Además, la película no solo trata sobre ese hilo afectivo hacia una persona, sino que se imbuye también los hilos que nos unen con un lugar y con lo que ese sitio pueda significar para nosotros. Es una relación en la que esa pareja protagonista están juntos sin poder estar juntos. No se enamoran de estar con esa persona, sino de lo que es esa persona, de sus vidas.


El humor, el despliegue de emociones verosímiles y tratados con inteligencia y la empatía con esos personajes copan importancia para que el motor no se pare. La forma de estructurar la película también dota de interés al asunto, puesto que la línea temporal en la que se mueven pasa a un primer plano a mitad de la película, y "el tiempo" pasa a ser un elemento clave para alterar los planes y enfrentarles a un tercer acto precioso y que da sentido al título 'Your name'. No hay que olvidar que no sería lo mismo sin la brutal, clarísima y bellísima animación, tanto en los personajes, los paisajes y entornos, la iluminación y los detalles, que hace conjunción con una banda sonora muy elegante. Todo teniendo en cuenta que tenemos ante nosotros un ejercicio maestro de la ficción al servicio de la historia, y no al revés. 


Y bueno, qué cojones, que es una película que tiene la osadía de ser bonita, que pretende llegar al espectador a través de lo que cuenta y no de lo que enseña, que usa las mecánicas de la ficción a su favor para construir algo real a partir de una fantasía que ni se preocupa por atender en profundidad. Y que a la hora de ponerse efectista no quiere engañar a nadie y se mantiene honesta en su propuesta, algo que desbarataba y restaba puntos por ejemplo a 'La chica que saltaba a través del tiempo'. La forma de tratar ese vínculo invisible, sin límites, en el que la comprensión hacia el otro y hacia su punto de vista es una regla principal, y que más bien parece una invitación a compartir experiencias, es una acto de sinceridad y generosidad enorme. 


Como cualquier buena historia de romance, tiene su parte agridulce, esa parte en la que se intenta poner nombre a lo que se está sintiendo, en la que se trata de dar explicación a lo que se está viviendo, y en la que entran ciertos conflictos que ayudan a dar peso al conjunto. Pero que en todo momento resulta agradable y emocionante. 'Your name' es una experiencia arrebatadora de la que podría tirarme hablando durante otros seis párrafos. No sé si Makoto Shinkai está a la atura de Miyazaki, pero desde luego comparte con él perfeccionismo, la inmersión corrediza y sin que te des cuenta en su historia, la forma maravillada de observar el mundo, o la literatura de sus formas. Es una gozada de la que me quedo sin calificativos.

10/10


martes, 7 de noviembre de 2017

Al final de la escalera. (Peter Medak, 1980)

Tenía pendiente este clásico del cine de terror, posterior a la que a día de hoy sigue siendo insuperable 'El exorcista', y coetánea a otros títulos imprescindible como lo son 'Poltergeist' o 'La profecía'. Quizá de todas ellas esta es la más ingenua, aunque posee imágenes que logran el impacto buscado, y que para la susceptibilidad de la época podían alterar al público y llevarle al estado de tensión pretendido.

Ahora bien, el tiempo pasa factura. Ya dije en la crítica de 'Insidious' que el miedo es generacional y que evoluciona muy rápido, y en esta ocasión eso se evidencia. Una historia con fantasma vengativo, pero cuyo acoso se muestra bastante complaciente con el protagonista. Eso sí, la elegancia de sus formas narrativas y su capacidad para usar objetos cotidianos, habitaciones solitarias y sombrías (el desván) o juguetes (la pelota) quedan patentes, o algunos movimientos de cámara buscando "algo" que se intuye pero que no se ve, y la inclusión del cine detectivesco en la trama, son cosa de buen autor. De ahí han salido decenas de imitaciones posteriores que han logrado que pierda poder, pero siendo justos el premio es para el primero que llega, así que al César lo que es del César. El poder para aterrar hoy en día se ha difuminado, pero el poder de fascinar aún lo conserva.

Así que se me vengan a la cabeza a bote pronto, películas como 'Los otros', 'Expediente Warren', 'The ring' o 'El orfanato' beben de esta película. Los recursos de sonidos de cañerías, mobiliario que cruje o la desubicación de los objetos para hallarlos posteriormente ya había sido usados, pero la precisión con que Peter Medak los usa y combina le otorgan otra medallita, gracias a la cual las futuras generaciones de cineastas vienen a estudiarlas aquí y no a obras anteriores. 


Imprescindible para entender de dónde viene el aluvión de cine contemporáneo sobre mansiones encantadas, médiums y espíritus atormentados. Desde luego, otras películas de la época han sobrevivido mucho mejor en cuanto a sus intenciones perturbadoras, pero las cosas buenas que ésta posee aún conservan su sello.

6,75/10


lunes, 6 de noviembre de 2017

Thor: Ragnarok (Taika Waititi, 2017)

No supone una continuación de la dinámica dada por 'Guardianes de la galaxia', sino una entrega total y sumisa al humor y a los chistes por encima de la épica. Y ojo, que en este caso le sienta bien. Es una película muy divertida, muy por encima de las dos primeras partes, lo cual era sencillo, pero que no deja de ser una payasada que no tiene más pretensiones que reírse de sí misma. A estas alturas, Marvel ni siquiera se esfuerza en hacer avanzar a sus personajes, simplemente les introduce en nuevas situaciones y experimenta por ver cómo funcionan en ellas. La cosa sale bien si lo que vienes buscando es entretenimiento.

Hay una premisa que tenemos que aceptar: Marvel sabe que sus películas son como droga cuando estás tan metido en ella y eres tan yonki que cualquier mierda te va a valer para aliviar tu mono. Hasta que lleguen las guerras del infinito parece ser el rumbo que van a tomar, dar a su público, que saben que van a pasar por taquilla por pura inercia, unas pocas entregas en las que no es necesario contar nada que altere el universo que tienen establecido, y que simplemente mantenga atenta a esa audiencia hasta que lleguen momentos más importantes. Y mientras tanto, pues eso, a ver hasta qué límites se puede llevar a estos personajes, ya sean en un patrón cómico, como es el caso, o en uno más dado a la acción, como parece que va a ser el caso de 'Black Panther'. 


De todas formas, recordemos que Marvel ha apostado siempre por el público familiar y juvenil. No es nada malo sentirse como un adolescente bobalicón mientras contemplas lo que nos está ofreciendo. De hecho se agradece. Quién iba a suponer en aquella fase 1 donde el humor era un recurso más o menos equilibrado para aliviar la tensión que un personaje como el que aquí interpreta Jeff Goldlum tuviera lugar en estas historias. Y en serio, me gustaría volverle a ver por aquí. Si para disfrutar de una película de Thor hay que imponer este clima de broma, pues bienvenido sea. También teniendo en cuenta que sus bromas son más inteligentes y sorprendentes que en, por ejemplo, 'Ant Man', y que la presencia Cate Blanchett transformando una villana plana en un personaje con buena presencia, pues redondea el producto. Prefiero esto al tono bravucón y lineal de las dos primeras entregas del dios del trueno. Y otro punto a su favor es quitarse a Natalie Portman de en medio, que no pegaba ni con cola en estas películas y se le notaba incómoda en su papel de "la chica", o que la única presencia terrícola de la película sea un Bruce Banner que lleva dos años perdido por la galaxia siendo Hulk. 


Con cierta proximidad a las buddy movies, y más cercana a la mencionada 'Guardianes de la galaxia' que a las de sus compañeros vengadores, incluso se puede decir que la sobrepasa al no hacer concesiones a ningún momento de reflexión o de mediatación dramática. Incluso en momentos donde parece que te se va a parar para dar ese énfasis más serio, regresa de forma violenta al cachondeo. Bastante festiva y colorida, y perfecta parada en el camino para tomar carrerilla hacia la tercera entrega del equipo de héroes.

7/10


jueves, 2 de noviembre de 2017

Insidious. (James Wan, 2010)

Este mes he tenido el cerebro un poco apagado y me apetecía mucho películas que se ven por inercia. Y poniendo Halloween como excusa, pues he estado viendo bastante cine de terror, por lo que tengo dónde contrastar.

De James Wan me molaron muchísimo las dos pelis de 'Expediente Warren', que suponen un nuevo ciclo del género, en cierto modo le dan cobertura y escudo frente a la masificación de películas de miedo malas y de gangrena fácil y falsa. Además, el miedo envejece bastante mal, porque es uno de los estados humanos que evolucionan más rápido ya que cada generación, y dentro de cada generación cada individuo, tiene sus propio miedos. 'Insidious' presenta el patrón atmosférico de esas dos, y el nivel de producción posee una calidad similar. Y ahora llegan los grandes peros: la historia y los personajes. Si bien el giro de guion y el misterio que se esconde detrás de lo paranormal son interesantes, no se da suficiente peso a los traumas de los personajes, y estos quedan desinflados ante los demonios que puedan acecharles. Considero muy importante en el género tener unos protagonistas a los que quiera ver sobrevivir (excepto en el subgénero slasher, que cuantas más muertes mejor me parece), y aquí no se da el caso. El padre interpretado por Patrick Wilson se me antoja demasiado flojo comparado con su posterior Ed Warren, y no hace más que recordarme su buen hacer en ese rol. Por lo que no llego a empatizar bien con él en esta. Ni con él ni con el resto, vamos.


Admito que soy muy, y cuando digo muy me refiero a MUY, susceptible, por lo que cualquier peli con sustos me va a hacer pasar un mal rato. Y esta no es la excepción. Ahora bien, valoro estas películas por el reposo posterior. Y qué queréis que os diga, cuando tras el telón aparecen los espíritus, estos no resultan demasiado atormentadores ni pesadillescos. Cuando aún no se le ha dado al espectador la oportunidad de verles y les mantiene en el anonimato, la película aún respira algo de tensión. Tras eso, todo resulta ser un carnaval de parque temático más que una narración de miedo. Alguna vez me molaría que películas similares no llegasen a mostrar a las presencias que copan el antagonismo, y que se mantuvieran en secreto, que solo pudiéramos acceder a ellas por las insinuaciones y sugestiones del relato.


Es una propuesta interesante pero que en su primera mitad promete mucho más de lo que ofrece en la segunda. La sugestión y delicadeza de sus primeros compases se convierten en trazo grueso y prisas hacia el final. Al menos sirve como campo de pruebas para las Expedientes Warren, y quien se conforme con poco sabrá sacarle más jugo del que yo he sacado. 

5,5/10