lunes, 9 de octubre de 2017

Blade Runner. (Ridley Scott, 1982)

Ridley Scott hizo suyo el relato de Philip K. Dick, lo envolvió en una atmósfera opresiva e insana, donde la ciudad es una jungla caótica y deshumanizada, de luces de neón, consumismo desorbitado, y donde la vida se ha convertido en un paradigma artificial. Los  gobiernos y la política carecen de importancia; son las megaempresas las que han tomado el control de absolutamente todo. 

'Blade Runner' supone una de las primeras incursiones con notoria relevancia de la ciencia ficción en el cine negro. Esto permite sumar una serie de componentes muy atractivos a la hora de crear una fábula distópica y futurista. Empezando por el antihéroe Deckard, un protagonista cuyas acciones para lograr su propósito benévolo con métodos cuestionables que rebasan la línea de la ética y la moral. Al imaginario acerca del futuro se le suma la tensión del misterio, la tragedia del perdedor, la inquietud que envuelve a la femme fatale, o la miseria existencialista de los villanos. Todo en una producción vislumbrante con el sonido artificial y tenebroso fabricado por Vangelis que no tardaría en ser ejemplo y ser tomada como inspiración en el porvenir del género. 'Matrix', 'Dark City', 'Equilibrium', Ghost in the shell', o las más cercanas 'Ex Machina' y 'Minority Report' tienen algo en común, y es compartir herencias de 'Blade Runner'.


Pero es que 'Blade Runner', aunque se queda en las retinas, posee algo mucho más importante que la eleva a ese templo de los clásicos que hay que revisionar cada cierto tiempo. Durante todo el relato sobrevuela una pregunta que ni es formulada ni es respondida en la propia película, pero que es parte de ella: ¿qué es lo que nos hace humanos? Una cuestión que se aúna a la paradoja de que los replicantes demuestren más ganas de vivir que los propios seres humanos, quienes han sucumbido a la enfermedad, a la pobreza y a la masificación. Planteamientos que llegan a su cénit en el discurso del clímax, donde el personaje de Rutger Hauer enuncia la valía de su existencia frente a las vivencias humanas, describe lo que sus ojos han visto y que los humanos no pueden ni soñar con ello. 


'Blade Runner' es la advertencia de un mundo envilecido, sin sueños, donde el simple hecho de amar puede ser un acto heroico, donde se ha sustituido la vida por el mero hecho de sobrevivir, y en el que lo natural y lo artificial son hermanos mellizos. Cada revisionado gana.

9/10


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